La piel grasa y propensa a las manchas se caracteriza por una producción y secreción excesiva de sebo por las glándulas sebáceas de la piel (seborrea) que resulta en una piel con brillo aceitoso, granos y manchas. La piel presenta un aspecto grasoso, con poros dilatados y textura no uniforme.
El sebo puede obstruir los poros y atraer bacterias (Proprionibacterium acnes) que producen espinillas y puntos negros (comedones abiertos) y brotes frecuentes de acné. Otros indicios incluyen la hiperqueratosis (producción excesiva de queratina) y reacciones inflamatorias.
El tratamiento es complejo y debe considerar todos los aspectos de este tipo de piel: queratosis, seborrea, infecciones e inflamación.